Acerca de

¡Hola!

Soy Lourdes Meraz, entrenadora gramatical y escritora con dieciséis años de experiencia en la comunicación escrita. Además de dar talleres de autobiografía y de escritura creativa, dirijo el Gimnasio Ortográfico.

Ayudo a quienes desean redactar sus ideas con claridad y precisión, a quienes quieren escribir por el mero gusto, a quienes buscan un lugar seguro para compartir sus proyectos de escritura para germinar, a quienes ya tienen algo escrito y quieren pulir sus textos, a quienes no encuentran tiempo para escribir o se tachan de tener “poca creatividad”. 

En pocas palabras, a quienes quieren escribir bien y bonito.

También capacito a personal para empresas cuyo trato con el cliente involucra la escritura de textos en distintos canales. Imparto talleres de improvisación (una técnica teatral) que les ayudan a potenciar sus posibilidades comunicativas a través de ejercicios para incrementar y mejorar la agilidad mental, la presencia escénica, el trabajo en equipo, entre otras cualidades.  

Mi carrera en la escritura y las artes

He abarcado el área académica, la institucional y la creativa.

Como docente impartí, a nivel superior, las materias de Comunicación Oral y Escrita, Metodología de la Investigación, Seminario de Tesis e Introducción al Periodismo. En nivel medio superior impartí la materia de Educación Estética y Artística, así como talleres de teatro a niños y adolescentes.

Fui Asesora Nacional de Teatro en la Subsecretaría de Educación Básica, donde diseñé parte del programa de estudios y el material didáctico de la asignatura de Teatro para primaria y secundaria (2014).

Durante el 2016 formé parte del “Comité académico de diseño de los exámenes de desempeño docente en educación media superior para Historia del Arte” en el Centro Nacional de Evaluación para la Educación Superior, A.C. (CENEVAL). 

Desde el 2012 imparto talleres de escritura autobiográfica en DEMAC (Documentación y Estudios de Mujeres A.C.), donde he acompañado la escritura de más de veinticinco grupos de manera presencial, virtual y en el reclusorio.

Desde el 2021 imparto talleres de escritura creativa en la Universidad Anáhuac.

Yo tampoco nací escribiendo ni bien ni bonito

Como lo dicta la regla, aprendí a leer y a escribir, pero eso no me libraba de fallar. No sé si a ti te ocurra, pero la gran mayoría de las veces me ganaba el entusiasmo y escribía textos con mucho corazón y entraña... pero de manera caótica. Con el tiempo fui mejorando, pero hubo un momento determinante que quiero compartirte.

Al momento de escribir tanto historias como ensayos, me percataba de que a veces fallaba y a veces acertaba. Cuando redactaba otro tipo de documentos (correos, peticiones, etc.), mi suerte también era azarosa.

Yo sentía que iba bien. Sentía que aquí iba una coma, sentía que allá necesitaba un punto y coma, sentía que “x” palabra llevaba acento… 

Sentía, sentía, sentía… pero la verdad es que sentir no es suficiente para que el lector entienda.

Fue hasta que entré a Letras Hispánicas que pude verle las tripas a los textos porque entendí su estructura y sus mecanismos.

Entre las materias que yo tomaba ⏤la teoría⏤ y las dudas de mis alumnos ⏤la experiencia⏤ empecé a atar cabos y descubrí la gran falla al momento de redactar: casi todos pensaban que sabían sólo por haber interiorizado reglas que nunca terminaron de entender.

Ahora no doy nada por sentado; no asumo lo que mis alumnos “ya deberían saber”. Me regreso: explico desde las tripas y sin mucha solemnidad. Desde entonces la diferencia es evidente: mis alumnos encuentran una manera amable de entender eso que ⏤se supone⏤ ya sabían y, mejor aún, de aplicarlo en sus textos.

Escriben con más confianza y ya no sólo “sintiendo”, sino siendo conscientes de cómo usar las reglas a su favor para no romperlas y astillarse en su propio mensaje. 

Esa es mi historia con la ortografía y la gramática.

¿Cuál es la tuya? Permíteme ayudarte

¿Y la escritura creativa?

Aquí debo empezar hablando de mi negro pasado… El teatro. Sí, esa fue mi primera carrera.

Siempre he renegado de ello, pero, en honor a la verdad, le debo mucho. Además de pensar y vivir la ficción desde la escena misma, viví y entendí el juego de una forma más consciente y generosa.

Una de las máximas de la técnica de improvisación teatral la tomé como bandera: el error de mi compañero en escena es un regalo. La ajusté a la medida de mis necesidades y hoy todo el tiempo le digo a mis camaradas: el error es la puerta del acierto.

No te voy a decir que escribir ficción o autobiografía es miel sobre hojuelas. Definitivamente no. Quien te diga que todo es belleza y plenitud, miente.

Escribir es un proceso de mucha introspección y soledad. No en vano la página en blanco puede dar mucho vértigo. La duda atenaza y la incertidumbre pesa. Es por ello que diseñé los talleres de escritura creativa como espacios seguros donde podemos acompañarnos y compartir, además de explorar la creatividad a través de distintos ejercicios que pueden desembocar en ideas, premisas, argumentos, cuentos, estructuras de novela…

 

PD: En una sola ocasión fui corista de una banda de rock.