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¿En qué lengua habla Dios?

Debo aceptar que la pregunta es osada. Tal vez te asaltaron preguntas como: ¿Cuál dios? ¿Ahora con qué me va a salir la camarada Meraz? ¿Ya se va a poner religiosa? ¿Acaso ya la perdimos?

No, camarada. Calma. La verdad es que lancé la pregunta de forma provocadora sólo para poner sobre la mesa una de las famosas afirmaciones de Carlos V:

Hablo en español a Dios, en italiano a las mujeres,

en francés a los hombres y en alemán a mi caballo.

Por supuesto, siempre es necesario asomarnos al contexto para encontrar el verdadero sentido porque las palabras no pueden desligarse de su entorno… pero, como hablante del español me es inevitable la sonrisa.

Y… pues me voy a dar la licencia en este breve texto de sólo disfrutar esa frase porque sí. 

No me parece extraño que el emperador eligiera el italiano para seducir. Y es que en esa lengua parece habitar una verbena. Y todos sabemos que la mejor manera de conquistar alguien es con la risa y la sonrisa.

El francés, tal vez, le parecía la lengua para los negocios, para los planes, para la estrategia, para dar órdenes, para dirigir un reino.

El alemán lo reservaba para su caballo y la verdad es que no me parece peyorativo en lo absoluto. Porque, quiero imaginar, el vínculo que tenían los hombres con el animal que llevaban a las guerras era profundo. Hablarle en su lengua materna al caballo sobre el que depositaba sus pasos devela (insisto, en mi humilde suposición) muchísima intimidad.

Pero el español… el español es para hablar con Dios. Para pedirle, para decirle, para agradecerle, para hacerse presente… para acceder un poco a la divinidad.

Y es que cuando pienso en palabras como luminiscencia, hidra, avellaneda, inmanente… no puedo evitar pensar en que nuestra lengua tiene de su lado la belleza.

Y seguramente, si Carlos V reinara en estos tiempos, la lengua para los negocios sería el inglés o el chino… pero para hablar con Dios, estoy segura de que seguiría eligiendo el español.

Así pues, considerémonos afortunados, camarada. Muy afortunados por ser los hablantes de la segunda lengua más hablada del planeta.

Aquella en la que Dios acomodó el mundo… porque en el principio fue el verbo.

(Suspiro y vuelvo a sonreír).

Y tú… ¿Qué otra lengua te imaginabas que podría haber sido la respuesta?

La verdad, yo creo que podría ser la música o las matemáticas. Aunque ya sé que esas no son lenguas. Jejejeje…

6 Responses

  1. De entrada te diré que pensé en mi Dios, así sin cuestionarte nada. Siempre he pensado que el lenguaje de Dios, el tuyo, el mío, el de quien sea, el Dios que sea, es universal y sin etiquetas. Es mudo, es silencioso, es callado o es a gritos. Dios nos habla de tantas formas que no puedo pensar en algún idioma en particular. Pero si, si pudiera escucharlo sin duda me gustaría que fuera en español.

    1. Los monarcas no me caen bien, pero después de leer tu texto, ese Carlos V -que sólo conocía en chocolate-, ahora me cae re bien. Me parece muy audaz el hombre, porque el español es un idioma muy complejo.

      No puedo imaginarme otro idioma para hablar con Dios que el mio propio, el español.

      1. Te confieso, camarada Blanca, que a mí la monarquía también es un tema que me da comezón…Pero he de confesar que la historia de Carlos V es muy interesante.
        Tenía en muy alta estima a Garcilaso de la Vega y se dice que le pedía que le hablara en español porque le encantaba la sonoridad del idioma. Cuenta la leyenda que cuando Garcilaso murió en la batalla, se presentó Carlos V (por cierto, alemán de nacimiento) hasta donde estaba su grupo de soldados derrotados y, de la tristeza y la impotencia, los mandó matar a todos por la muerte de su amigo…
        Sin duda, ningún personaje no se libra de los claroscuros.
        ¡Gracias por leer, querida Blanca!

    2. Gracias por leer, Claudia. Definitivamente, escucharlo en español es la fantasía de muchos, yo incluida… jejejeje.
      ¡Abrazo!

  2. Yo imagino el lenguaje con Dios, así un lenguaje de amigos, como tú dices Lourdes, de camaradas. En ese lenguaje le hablo, lo cuestionó, le reclamo en ese lenguaje confío. Es un lenguaje de amigos.
    Gracias por escribir Lourdes, gracias por compartir.

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